Jugando así podemos soñar con la mayor gesta de la historia

La Roja ya está en cuartos de final. No es la primera vez. Sólo hay que mirar las estadísticas. Lo que no dicen los números es que el equipo que dirige Vicente del Bosque va camino de la historia. Pocas veces la selección ha llegado a estas alturas de un Mundial en una situación tan ventajosa. España lo tiene todo. Un rival asequible pero del que no hay que fiarse, Paraguay, y por encima de cualquier cosa, un grupo de jugadores maravillosos capaz de asombrar al mundo entero.

La manera en que La Roja ganó anoche a Portugal será recordada siempre. Jamás se abandonó el estilo, nunca se perdieron los nervios y, lo que es más importante, volvió a aparecer el de siempre: David Villa. Si ya se había consagrado como una estrella internacional en la Eurocopa, lo que está consiguiendo El Guaje en Sudáfrica le va a catapultar a la primera línea estelar junto a los Messi, Cristiano Ronaldo y compañía. Calcular hoy el valor de Villa es dificilísimo. Tanto por lo que ha hecho como por lo que aún puede hacer en el Mundial. La selección española, con un jugador así, no tiene techo.

Los de Del Bosque, en general, brillaron a gran altura. La aparición de Fernando Llorente, que debutó ayer en un Mundial, lo confirma como un revulsivo y una alternativa a Torres. La firmeza defensiva, la solvencia del centro del campo y la agilidad del seleccionador en las sustituciones han cambiado el humor a un equipo que comenzó sufriendo por el durbanazo y que ya tiene otra cara. Se puede decir, ahora sí, que la selección ya está disfrutando del Mundial.

Como recordamos en MARCA permanentemente, todavía no se ha ganado nada. Estamos en el camino, pero lo que queda es largo y, seguramente, tortuoso. Nadie dijo que entrar en la historia sería cosa fácil.